(*) por Rulo Bregagnolo
Esta historia comienza en los años 70, cuando la entonces Secretaría de Recursos Hídricos crea un Grupo de Trabajo para estudiar el aprovechamiento del Río Paraná, luego se definen tres posibles emplazamientos para la obra hidroeléctrica que pasó a llamarse Corpus Christi.
Se descartan dos, uno por constituir un estorbo en la distribución del flujo (Pindoí) y el otro por las malas características en las fundaciones (Itacurubí), quedando la opción Itacuá Candelaria, de la cual se han hecho los estudios de factibilidad del proyecto.
Sorpresivamente en el 95, los entonces presidentes Menem, de Argentina y Wasmosy, de Paraguay documentan, la voluntad de construir la represa de Corpus. De ahí en más, las ONGs ambientalistas de Misiones, que ya conocían la existencia del proyecto (algunas de ellas habían rechazado en su momento Urugua-í) salieron por los medios, fueron a las escuelas, informaron a la sociedad explicando las razones para oponerse a semejante megaobra. Se sumaron las iglesias de distintos credos, también la clase política que en general evidenciaba falta de conocimientos sobre la cuestión.
Los partidos, el Justicialista y la Unión Cívica Radical, comienzan a mostrar sus posturas a la sociedad. Una encuesta marcaba casi el 80% de los misioneros por el NO, entendible la posición de los partidos de no ir contra sus potenciales electores. A las resoluciones de la Convención Radical (agosto del 95) y la postura clara del PJ con toda su estructura por el No, se agregan pedidos de informes desde la Cámara de Diputados con la firma de su presidente (Dip. Roberto Caballero) al Poder Ejecutivo Nacional y a la Defensoría del Pueblo de la Nación.
También, ese año, se decide llamar a plebiscito, los ambientalistas no estaban de acuerdo por la falta de garantías en la elección y fundamentalmente por el millón de pesos que costaría la compulsa, además de la exigencia de Personería Jurídica a las Ongs para ocupar espacios televisivos del Estado, amordazando la participación.
Se sanciona la Ley Nº 3.220, promulgada por el Decreto Nº 1.136, donde se establece el régimen de consulta popular para que la población de la Provincia se expida, mediante plebiscito obligatorio y vinculante, aceptando o rechazando la construcción de la represa Binacional denominada Corpus Christi, cualquiera fuere su lugar de emplazamiento en territorio misionero sobre el Río Paraná. Por pedido del Gobernador Ramón Puerta se prorrogó para que la población pueda informarse más, para que haya mayor difusión de la consulta y por razones presupuestarias, además en enero -fecha según los plazos establecidos por la Ley- podría afectar la participación debido al período vacacional. Se sanciona la Ley 3.263 que establece la prórroga, promulgada por el Decreto Nº 63, fijando el plebiscito para el 14 de abril de 1996, mediante el Decreto Nº 140.
Las ONGs ambientalistas salen a difundir información mediante folletos, pasacalles, afiches, hechos con el aporte de vecinos y comercios. Las Iglesias por su parte en distintos encuentros y los partidos políticos moviendo sus estructuras por el NO. Aunque algunos líderes políticos dejaban entrever su Sí.
La gran convocatoria, realizada por la Iglesias y organizada por los movimientos ambientalistas (hoy nucleados en la Red de Asociaciones Ecologistas de Misiones -RAE-), fue el 16 de octubre de 1995, a las 13:00hs en la ciudad de Corpus.
Llegaron lanchas desde el sur y norte de la provincia por el Paraná, la mayoría de las embarcaciones representando a los clubes de pesca, trayendo consigo a la cúpula política del partido mayoritario que manifestó con todo su oposición a la obra, de igual manera el Intendente de Corpus, Ignacio Nemeth, y uno de los gremios más importantes de Misiones, Luz y Fuerza, así como la CTA, UDPM, ATE, MAM. La presencia más numerosa la constituyeron las Iglesias, que en un acto ecuménico dieron su postura en defensa de la vida, representada en la palabra del Obispo Piña. El broche de oro fue la voz autorizada para hablar de derechos humanos, ambiente y justicia social, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980.
Este evento marcó el resultado de la consulta que se realizaría después, y que hoy se mantiene firme como el lapacho negro que el Premio Nobel, el intendente de Corpus y una ecologista plantaron al lado del Monolito que guarda la memoria de cada mensaje incorporado ese día para ser abierto recién luego de 100 años…
Sin reparto de chapas de cartón, colchones, frazadas, alpargatas, con la ausencia del humo de los choripanes, ni camiones para transportar gente, transcurrió la jornada del 14 de abril. No hubo reparto de boletas y hasta las fuerzas de seguridad veían la tranquilidad del acto democrático. Todos sabían lo que el pueblo misionero quería. No hubo dudas en la transparencia, no se escuchaba la temida palabra fraude, algo no común en votaciones.
La Justicia Electoral habilitó 476.404 electores (229.876 mujeres y 246.528 hombres) para que voten en las 893 mesas establecidas en las escuelas de Misiones, casi la mitad de las que disponen en elecciones generales. La participación fue del 62,85% del padrón electoral y el 88,63% dijo NO a la construcción de la represa Binacional de Corpus, cualquiera sea su lugar de emplazamiento sobre el río Paraná, 9 de cada 10. Un porcentaje ínfimo de Sí, votosnulos y blancos.
Este resultado lo ratifica la Ley 3.294. Así los misioneros marcaron un hito en la historia provincial y en la campaña mundial contra las represas, una lucha por la defensa de los derechos soberanos y la solidaridad de un pueblo consciente de que en un ambiente sano no hay pobreza ni miseria, siendo estas, consecuencias de inadecuadas y mezquinas políticas de un seudo desarrollo, que solo ven la naturaleza como generadora de dinero y no como complemento del progreso humano.
Han pasado más de 6 años, en todo este tiempo ningún funcionario se ha tomado el trabajo, aunque tienen los sueldos pagos por el pueblo, de elaborar alguna estrategia de desarrollo o alternativas de crecimiento para Misiones que no dependan de la destrucción ocasionada por una represa, de pensar en un rumbo cierto, no egoísta ni ahorista, para los que seguirán poblando la provincia.
¿Acaso el silencio de muchos de nuestros representantes tiene precio?
Hace 1101 días la RAE presentó un Anteproyecto de Ley denominado en Defensa de los Cursos de Agua, que daba el cierre definitivo a la historia de las mega hidroeléctricas en los ríos que rodean a Misiones. Sigue ahí durmiendo esperando a un diputado con actitud responsable y comprometida que piense en su pueblo.
Se especula con el reparto de las regalías como quién tira caramelos al aire, entre la provincia, los municipios afectados, los restantes y las ONGs ecologistas. La RAE rechazó ese chantaje.
La mejor excusa para camuflar la palanca de desarrollo es el llamado a licitación para el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), adjudicado al Consorcio Harza-Iatasa-Tecma, a un costo de u$s 681.000. - aportados por la EBY y a realizarse en un plazo de 6 meses, tiempo insignificante para expedirse con seriedad científica sobre un ambiente tan complejo como la zona de afectación del embalse.
¿Por qué en vez de gastar dinero en hacer el estudio de impacto ambiental de una obra repudiada por la población o de llamar a un nuevo plebiscito, no se subsidian las propuestas de energías alternativas de la Facultad de Ingeniería de la UNaM en Oberá o bien se invierte en programas de investigación para desarrollar sustentablemente, de una vez por todas, a Misiones?
Las quejas al Defensor del Pueblo de la Nación están hechas, la información sobre los daños que ocasionan las megaobras son conocidos, la gente está hartadel manoseo. Mientras, el río sigue medianamente libre, los concursos de pesca deportiva tienen más embarcaciones que peces enganchados, el pueblo misionero sigue de pie y los representantes que siguen sordos deberán entender que llegó la hora de escuchar.
(*) Presidente del Grupo Ecologista Cuña Pirú
ONG miembro de la Red de Asociaciones Ecologistas
Misiones, Argentina.
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