Hace 30 años había grandes cantidades de dorados que desovaban en la isla de San Martín, en la parte inferior de las Cataratas del Iguazú, explica Daniel Alberto Crosta, director del Parque Nacional de Iguazú, Argentina. Con la represa Itaipú, sin embargo, sólo llega el 10% de esos dorados. "Lo llamamos río muerto, porque cada vez hay menos vida en estos lugares", señaló Crosta en un informe de la Red O Globo.
Subir el río para desovar es el acto más importante para la conservación de la especie. Los peces que se encuentran en la parte de abajo del río necesitan encontrarse con los que están en la parte de arriba para el intercambio genético y para que la especie no pierda vigor, ni se degenere, puntualiza El Paranaense.com en su traducción del informe brasileño.
El río de Bela Vista, en el Estado de Paraná, Brasil, es natural, pero aguas arriba existe un canal artificial, llamado canal de desove y fue creado a raíz de la planta hidroeléctrica de Itaipú. Si no fuera así, los peces ya no podía seguir su naturaleza para ascender el río Paraná para desovar, porque la construcción de la presa ha cortado el camino de la migración.
"Los peces tienen que superar un desnivel de 120 metros entre el río Paraná y el lago de Itaipú. Estimamos que aproximadamente el 20 por ciento de los peces que entran en el canal de desove llegan aguas arriba", dice el biólogo Helio Martins Fontes en u. El reporte de O Globo recordó que para lograr el lago de 1.350 kilómetros cuadrados, los constructores de Itaipú debieron destruir el Salto de Sete Quedas, una de las principales atracciones turísticas del Estado de Paraná. La eliminación de este extraordinario recurso natural fue un escándalo nacional en Brasil, en 1982. El lago cubrió también la Selva Paranaense, con toda su biodiversidad y las aguas subieron rápidamente, en 15 días
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